Introduccion al Asperger


El síndrome de Asperger o trastorno de Asperger es un conjunto de condiciones mentales y conductuales que forma parte del espectro de trastornos autísticos. Se encuadra dentro de los trastornos generalizados del desarrollo (CIE-10; Capítulo V; F84).
El síndrome de Asperger, es un trastorno del desarrollo, que conlleva una alteración neurobiológicamente determinada en el procesamiento de la información.
Se manifiesta de diferente forma en cada individuo pero todos tienen en común las dificultades para la interacción social, especialmente con personas de su misma edad, alteraciones de los patrones de comunicación verbal y no-verbal, intereses restringidos, inflexibilidad cognitiva y comportamental, dificultades para la abstracción de conceptos, coherencia central débil en beneficio del procesamiento de los detalles, interpretación literal del lenguaje, dificultades en las funciones ejecutivas y de planificación, la interpretación de los sentimientos y emociones ajenos y propios.
Supone una discapacidad para entender el mundo de lo social, que se manifiesta al nivel de comportamientos sociales inadecuados proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas en todos los ámbitos. Los déficit sociales están presentes en los aspectos del lenguaje, las dificultades en el ritmo de la conversación y es frecuente la alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc.). Asimismo suelen estarlo los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos padecen dificultades en la coordinación motriz.

El sujeto afectado muestra dificultades en la interacción social y en la comunicación de severidad variable, así como actividades e intereses en áreas que suelen ser muy restringidas y en muchos casos estereotípicas. Se diferencia del trastorno autista en que en el trastorno de Asperger no se observa retraso en el desarrollo del lenguaje, no existiendo una perturbación clínicamente significativa en su adquisición. No hay retardo, por ejemplo en la edad de aparición de las primeras palabras y frases, aunque pueden existir particularidades cualitativas (por ejemplo gramaticales) que llamen la atención, así como una preservación generalizada de la inteligencia.
Aunque la edad de aparición y detección más frecuente se sitúa en la infancia temprana, muchas de las características del trastorno se hacen notorias en fases más tardías del desarrollo, cuando las habilidades de contacto social comienzan a desempeñar un papel más central en la vida del sujeto.

Desarrollo del concepto
Las características del síndrome de Asperger fueron descritas originalmente por Wing y Gould. El término fue utilizado por primera vez por Lorna Wing en 1981 en una revista de psiquiatría y psicología, denominándolo así en reconocimiento del trabajo previo de Hans Asperger, un psiquiatra y pediatra austríaco que había descrito el síndrome en 1944. Asperger utilizó el término «psicopatía autista», término que se prestaba a confusiones por la asociación del término «psicopatía» con individuos de personalidad antisocial. De acuerdo con Wing, Asperger quiso usar la palabra «psicopatía» en el sentido técnico simple de «personalidad patológica». Sin embargo, los trabajos de Hans Asperger con respecto del trastorno se extraviaron durante el incendio de su clínica y sus investigaciones permanecieron ignoradas por la comunidad psiquiátrica, hasta que Lorna Wing los retomara. El reconocimiento internacional del Asperger como entidad clínica ocurrió en la década de 1990 y fue incorporado por primera vez en el Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales en su cuarta edición en 1994 (DSM-IV); es decir, cincuenta años después de que Asperger publicara por primera vez acerca del trastorno.

Características
Según la definición plasmada en las conclusiones del II Congreso Internacional sobre el síndrome de Asperger, realizado en Sevilla en 2009, se trata de una discapacidad social de aparición temprana, que conlleva una alteración en el procesamiento de la información.
La persona que lo presenta puede llegar a tener una inteligencia superior a la media, aunque en la gran mayoría de los casos, el CI total del individuo suele ser normal-medio. Ocasionalmente, los individuos con Asperger exhiben un manejo verbal atípico o excepcional, no obstante, en aquellas tareas verbales para cuya realización se requiere de un grado elevado de interacción social, las puntuaciones verbales pueden llegar a descender. Los sujetos diagnosticados con esta enfermedad presentan ciertos estilos de procesamiento cognitivo muy particulares alternativos -notoriamente, mostrando la capacidad de observar y señalar detalles que escapan a la mayoría de las personas neurotípicas- y frecuentemente, habilidades especiales en ciertas áreas del procesamiento.
Una característica resaltante de los individuos con Síndrome de Asperger es su incapacidad para reconocer intuitivamente las señales no verbales o paralingüísticas emitidas por otras personas, así como para generar las equivalentes propias. Es por ello que el contacto y el comportamiento comunicacional de los que padecen el síndrome de Asperger puede parecer "extraño", torpe, gracioso, o arrogante, o bien ser confundido con una variante leve del autismo infantil temprano. Sin embargo, debido a que la inteligencia de la mayoría de las personas con Asperger es normal, el resto de las personas, en general, no los percibe como autistas sino como personas con un comportamiento muy peculiar. Remarcablemente, el síndrome de Asperger en ocasiones se da en concomitancia con una inteligencia superior a la normal o con un talento superior en una o múltiples áreas específica, a modo de savantismo (Leonardo Da Vinci, por ejemplo, -Asperger especulado- presentaba múltiples características de este tipo de comportamiento, habiendo dedicado gran parte de su vida a una enorme cantidad de áreas de interés, en intervalos que parecían obedecer a varios patrones de diagnóstico del Síndrome). Este trastorno, que se considera congénito y no curable, puede ser detectado a partir del cuarto año de vida.
Las formas en que se manifiesta el síndrome varían mucho entre los diferentes individuos que lo padecen. Sin embargo existen ciertas características comunes:
Dificultad para mantener la mirada fija a las personas.
Dificultades para la interacción social (especialmente con personas de su misma edad).
Alteraciones de los patrones de comunicación no-verbal.
Intereses restringidos a un único tema o a una muy reducida variedad de temas de permanencia variable.
Inflexibilidad conductual.
Atención especial a los detalles, o bien, a la visión general de una situación percibida.
Perfeccionismo y metodismo excesivo.
Obsesión con la imagen propia.
Interpretación literal del lenguaje.
Dificultad en la toma de decisiones personales, o metodicidad casi obsesiva en la planificación.
Interpretación muy disminuida o nula de los sentimientos y emociones ajenos y propios.

El trastorno de Asperger supone una discapacidad social para comprender la convención y la etiqueta social que se manifiesta en comportamientos sociales atípicos o inadecuados. Los déficits sociales están presentes en los aspectos del lenguaje, las dificultades en el ritmo de la conversación y es frecuente la alteración de la prosodia (entonación, volumen, timbre de voz, etc.). Suelen ser también deficitarios los patrones de contacto ocular, gestual, etc. En la mayoría de los casos se observan dificultades en la coordinación motriz y el tono de voz de los pacientes suele ser monótono y emocionalmente inexpresivo -impasivo-.
Este es un trastorno muy poco frecuente (de 2,6 a 4,8 por cada 1.000 nacidos vivos) que parece tener mayor incidencia en niños que niñas. En términos relativos, se trata de un síndrome recientemente reconocido por la comunidad científica, como entidad diferenciada del autismo, siendo aún poco conocido entre la población general e incluso por muchos profesionales.
Las personas neurotípicas (esto es, la población no autista) poseen un sofisticado sentido de reconocimiento de los estados emocionales ajenos (empatía). La mayoría de las personas son capaces de asociar información acerca de los estados cognitivos y emocionales de otras personas basándose en pistas otorgadas por el entorno y el lenguaje corporal de la otra persona. Las personas con síndrome de Asperger (SA) no poseen esta habilidad, no son empáticas; se puede decir que tienen una especie de "ceguera emocional". Para las personas más severamente afectadas puede resultar imposible incluso reconocer el significado de una sonrisa o, en el peor de los casos, simplemente no ver en cualquier otro gesto facial, corporal o cualquier otro matiz de comunicación indirecta. Del mismo modo, el control voluntario de la mímica facial puede estar comprometido. Es frecuente que las sonrisas "voluntarias" en las fotografías familiares sean una colección de muecas sin gracia. Por el contrario, las sonrisas espontáneas suelen ser normales. Las personas con SA en general son incapaces de "leer entre líneas", es decir, se les escapan las implicaciones ocultas en lo que una persona le dice de forma directa y verbal, y poseen una discapacidad semántica que no les permite procesar o generar mensajes con significados ambiguos o simultáneos en la conversación neurotípica, siendo a veces inconscientes de la propia existencia de esta dimensión del lenguaje, si bien, con el tiempo, pueden llegar a entenderla.
Estas circunstancias conllevan numerosos problemas durante la infancia y la vida adulta. Cuando una maestra pregunta a un niño con Asperger que ha olvidado su trabajo escolar «¿Qué pasa, tu perro se comió tu tarea?», el niño con Asperger permanecerá silencioso tratando de decidir si debe explicar a su maestra que él no tiene perro y que además los perros no comen papel. Esto es, el niño no comprende el sentido figurado de la pregunta o no puede inferir lo que la maestra quiere decir a partir de su tono de voz, postura o expresión facial. Ante tanta perplejidad, el niño podría responder con una frase totalmente sin relación a lo que se está hablando (como por ejemplo, «¿Sabe que mi padre se ha comprado un ordenador nuevo?»). Ante esto, y la falta de detección del síndrome de Asperger, erróneamente la maestra podría concluir que el niño es arrogante, insubordinado o «raro».
Es importante notar, sin embargo, que debido a que es un trastorno con severidad variable, algunos pacientes se aproximan a un nivel de normalidad en sus habilidades de comprensión e interpretación de las señales no verbales. Encuentran particularmente abrumador el contacto ocular y por lo tanto con frecuencia lo evitan. Esta falta de contacto ocular puede llevar a mayores dificultades para interpretar emociones ajenas o en la forma como lo interpretan los demás.
Según estudios científicos, los individuos con Asperger tienen una programación sináptica distinta a la que presentan las personas neurotípicas. Se ha observado una cantidad superior de enlaces sinápticos cercanos entre las neuronas de los individuos con el síndrome, en oposición a un número mayor de enlaces distanciales entre aquellas de los sujetos neurotípicos. Esto podría llegar a explicar la inteligencia superdesarrollada de algunos individuos, pese a su ausencia de empatía con el entorno. (Los padres de Einstein, ahora reconocido como Asperger, llegaron a pensar que su hijo era retrasado, debido a su aparente desconexión con su medio social.)
En términos generales son atraídos por el orden y la clasificación de las cosas. Cuando estos intereses coinciden con una tarea útil desde el ámbito material o social, el individuo con Asperger puede lograr una vida ampliamente productiva. En la carrera por dominar su interés, los individuos con Asperger a menudo manifiestan un razonamiento extremadamente refinado, una gran concentración, una actitud perfeccionista y una memoria casi perfecta.
Del mismo modo, el síndrome de Asperger puede también causar problemas en la interacción social normal con los padres, ya que los niños no responden a los patrones típicos de socialización. Las dificultades para interpretar las sutiles pistas de la comunicación no verbal pueden llevar al paciente a conflictos frecuentes e incluso a ser ignorado en sus necesidades básicas. El niño o adolescente con Asperger con frecuencia se siente confundido porque no es capaz de comprender en qué se equivoca o por qué razón es rechazado por los demás. El resultado suele derivar en problemas de ansiedad, depresión, conductas obsesivas y agravamiento de conductas inapropiadas, con el consecuente aislamiento social.
Los afectados en edad preadolescente y adolescente suelen ser víctimas de marginación y acoso escolar por sus compañeros de estudios, por lo que esta circunstancia dificulta su integración social futura y su avance en las escuelas.
Rasgos y síntomas
Esta es una lista de síntomas del Síndrome de Asperger. No todas las personas con Asperger tienen todos los síntomas, dada su variabilidad en los niveles de autismo que existen.

La gente con síndrome de Asperger:
Puede ser sensible al tacto o a los ruidos fuertes.
Puede ser torpe cuando camina o practica deporte.
A menudo tiene problemas comprendiendo las emociones de otras personas.
Puede tener dificultades reconociendo expresiones faciales.
A menudo no comprenden cuando alguien está bromeando o usa un lenguaje que no es preciso en su ámbito.
A menudo hablan en voz alta, en voz muy baja o con una voz carente de emociones (una voz monótona).
A menudo no les gustan los cambios de colegio, trabajo o en su rutina diaria.
Pueden aprender a hablar muy pronto o muy tarde.
Pueden aprender a leer muy pronto o muy tarde.
Tienen problemas socializando.
No comprenden cómo piensan otras personas.
Con frecuencia tienen una fuerte atracción hacia intereses concretos como los juegos para ordenador, las estadísticas deportivas, los programas de TV, entre otras cosas.
Tienen dificultades en entender o no les interesa el juego simbólico.
Se mueven de forma repetitiva.
Les puede costar educarse sea en casa o fuera de esta y pueden ser muy testarudos e insistentes.
Suelen ser crédulos e ingenuos.
Pueden presentar estereotipias motoras (secuencias de movimientos estereotipados, sin sentido, propósito o meta específica por ejemplo, sacudir las manos o balancearse).

Efectos de las dificultades en la comunicación
Cuando una persona habla con otra, usa el lenguaje verbal para comunicarse. También usan el tono de su voz y la comunicación no verbal como la expresión facial, el movimiento de las manos y el lenguaje corporal para dar a entender lo que quieren decir. Así mientras la gente habla, también observa señales en la cara de la otra persona y movimientos de su cuerpo para conocer lo que sienten y si dicen exactamente lo que sus palabras están diciendo. Cuando la gente habla, usan la comunicación no verbal para añadir información a sus palabras. Las personas que tienen problemas para entender la comunicación no verbal pierden esa información extra.
Las personas con síndrome de Asperger:
Pueden tener dificultades para entender el sonido de las voces de otras personas.
Pueden quedarse confundidos si el lenguaje corporal y las palabras de una persona no dicen lo mismo.
Intentan hacer exactamente lo que las palabras le dicen. Si alguien le dice Coge a tu pareja para el próximo baile, entonces literalmente cogerán a su pareja en vez de entender que la frase significa "pide cortésmente a alguien que baile contigo".
Pueden no darse cuenta de que otra persona está disgustada o enfadada hasta que otra persona lo muestre claramente.
Pueden no entender que cuando alguien frunce el ceño significa "¡Estás diciendo o haciendo algo malo y deberías parar ya!".
Pueden no saber si otra persona bromea. Tienen dificultades para entender la ironía, el sarcasmo o la jerga.
Pueden no comprender los intereses de otra persona o los motivos por los que hacen lo que hacen.
Pueden hacer o hablar de lo mismo una y otra vez. Otras personas lo encontrarían engorroso.
Pueden desconocer, a menos que se les diga, cuando otras personas quieren que paren de hablar de sus intereses.
Pueden sentirse solitarios y despreciados.
Según Baron-Cohen lo realmente difícil para quienes padecen el síndrome es llevar una conversacion ligera (hablar estupideces).
Al síndrome de Asperger a veces se le llama síndrome del "planeta equivocado" porque la gente con el síndrome sienten que son bastante normales pero viven en un mundo lleno de extraterrestres. Para una persona con síndrome de Asperger, tener el síndrome es lo normal, porque lo han tenido toda su vida.
Las personas con síndrome de Asperger a menudo:
Son muy buenos para juegos de lógica, como el ajedrez.
Actúan de una forma que tenga sentido: son tremendamente racionales.
Tienen la habilidad de actuar (ser actor), dada la capacidad que desarrollan para expresar emociones y sentimientos sin que necesariamente los sientan.
Ven y recuerdan detalles de cosas que otras personas no ven.
A menudo tienen una memoria extraordinaria (visual, musical, numérica).
Son muy buenos recordando reglas, leyes, sistemas y hechos importantes. Su talento es útil en muchos trabajos de tipo intelectual (matemáticos, informáticos, físicos, astrónomos, abogados...).
Son mejores escribiendo que hablando con la gente, porque son cuidadosos eligiendo las palabras que significan exactamente lo que quieren decir, por lo cual se muestran más expresivos en un chat a través de Internet, en un escrito a mano o un foro. Escribir no incluye lenguaje corporal o expresión facial; las personas con síndrome de Asperger a menudo tienen mucha práctica para comunicarse con el lenguaje verbal, por esa razón, aquellos que cultivan la literatura producen trabajos excelentes.
Algunos son buenos en matemáticas y programando ordenadores, por su buena inteligencia lógica-matemática.
Algunos son propensos a desarrollar un extraordinario talento musical porque poseen un oído más sensible. También es frecuente que puedan ser virtuosos de algún instrumento musical, dado el tiempo que emplean en mejorar.
Tienen un interés especial que los convierte en expertos en su terreno.
Se divierten haciendo lo mismo muchas veces, lo que la mayoría encontraría aburrido. Muchas personas con síndrome de Asperger son buenos practicando escalas de piano, realizando largas sumas y buscando entre libros y papeles para encontrar información y errores.
En el año 2005, Simon Baron-Cohen puso a punto el Adult Asperger Assessment (AAA), que podríamos traducir por Evaluación de Asperger en Adultos. Se trata de un instrumento para el diagnóstico del síndrome de Asperger que complementa los valores del Cociente de Empatía y del Cociente de Espectro Autista con una lista de 5 requisitos y 18 síntomas que valorar. Si el valor del Cociente de Empatía es bajo, el valor del Cociente de Espectro Autista alto y se cumplen los 5 requisitos y un mínimo de 10 de los síntomas, el sujeto evaluado manifiesta el fenotipo ampliado del autismo, y existe una gran probabilidad de que esté afectado por el síndrome de Asperger.

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